Santiago León de Caracas
A Caracas se llega por avión, barco o a machete limpio. Llegué desde el aire, en medio del mar está La Guayra, donde unos negros como iluminados por dentro, bebían unas birras al borde del agua. De La Guayra a Caracas, capital federal, existe una carretera construida violentamente a rajatabla. Nacida a dinamita y estropajo, quitada a la roca viva de los andes y se desliza de boquerón en boquerón.
Al salir de último boquerón, uno queda instalado en una gran madeja de concreto, con brazos enormes que se extiende en todas direcciones, el distribuidor El Pulpo. Inmediatamente queda patente que Santiago León de Caracas es el gran anfiteatro de Latinoamérica, que el cosmos doto de oro, esmeraldas, alquitrán, petróleo, tapires, guanagúanares, montañas de aves, de un Sol que derrite el cemento y de vegetales que crecen al cielo. Una de las curiosidades de Caracas que me llamó mucho la atención, a diferencia de otras ciudades del mundo, donde las calles son calles y las casas son casas y tienen dirección. En Caracas, las casas tienen nombres propios, surgiendo los más latinos; Villa Lucía, Villa Encarnación, Villa Guadalupe, Villa Isabel Margarita. Para llegar a una dirección, es menester saber el nombre del barrio, el nombre de la urbanización, el nombre de la calle y por último el nombre de la casa.
Caracas tiene la Pza del Silencio, Pza. Venezuela con La Previsora como fiel acompañante, el Palacio de Gobierno con los recuerdos del libertador Simón Bolívar y de Páez, el Club Militar, construido en los tiempos de Pérez Jiménez, tiene los tapices y alfombras más elegantes y gruesos del mundo, superan con creces a los de Versalles, la Universidad Central de Venezuela ( UCV ), la Universidad Simón Bolívar, el centro cultural Teresa Carreño, el edificio del Cubo Negro, el C.C.C.T, las estaciones de metro del Silencio y Capitolio, son obras millonarias con una arquitectura insolente, liberal y ultramoderna, supera todo lo visto en cualquier parte del mundo.
Su gente, es la más despreocupada y alegre del orbe, con las mujeres más morenamente encantadoras del mundo, producto de una deriva génica increíble, inaudita. Al caminar por el boulevard de Sabana Grande, desde Chacaito hasta Pza Venezuela uno puede aprender a saludar a lo menos en cinco idiomas; los buhoneros, el comercio, el café Grande, los clubes de ajedrez, las tabernas y las tascas son la vida del boulevard, que al caer la noche se transforma y surgen espectáculos difícilmente descriptibles, los más arrechos, ven “el color del final de la noche” y el Sol puesto en el Avila.
La sensación que provoca caminar por Las Mercedes hasta el Hotel Tamanaco y, de ahí hasta Concresa o la de bajar corriendo desde la Bolívar, pasando por Baruta hasta llegar a Cumbres de Curumo, es la de una amalgama de emociones, sentimientos y vibraciones que están en el aire y en los colores, que al igual que un furioso amor, este brutal huracán de estímulos y sinapsis que brinda Caracas, se convierte en una suave brisa que te estremece en una sacudida planetaria.
9 comentarios
ELIZABETH BORGES DE BRITO -
Leslie -
vitoco -
atte.
Vittorioilfakir
Xiomara -
Además, no había querido decirte , que cuando leí este artículo me quedé como un tronco viejo, al recordar que contigo caminamos desde chacaito hasta tu casa en Cumbre de curumo. Esa vez dije este chamo debe estar safado del cerebro, pero la conversación nos llevo lejos muy lejos.Y es por eso que aún te quiero.Un beso
El tiempo y la distancia no te han olvidado.
Patricio -
Patricia Xiomara -
Russa -
RAFAEL (DE CHILE) TORO -
Isidora -