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Joseph Cartaphilus

Filosofía

Giordano Bruno

Giordano Bruno

En los albores del siglo XVII, más precisamente el 17 de febrero de 1600, un hombre de 51 años, acusado de hereje ante la Inquisición, era inmolado en una hoguera en un rincón del Campo dei Fiore en Roma. Trescientos años después, en 1899, un monumento se levantaría en el mismo lugar para recordar el martirio de Giordano Bruno, que entrego su vida por no renunciar a su verdad. Hoy, las últimas investigaciones astronómicas confirman, por métodos indirectos pero seguros, la existencia de más 25 planetas girando  en torno a otros tantos soles como el nuestro. Es el bello universo imaginado por Giordano Bruno hace más de 400 años.

Para entender tan heroica actitud e incluso las razones que tuvo la Inquisición para tan severa determinación hay que desnudarse de los conocimientos de hoy y situarse en los revolucionarios tiempos que corrían por los años de 1600, luego que el alba comenzara a iluminar las mentes del mundo occidental tras los oscuros siglos de la Edad Media, dominados casi sin contrapeso, desde hacía mil 800 años , por las ideas del estagirita Aristóteles.

Este “académico sin academia”, según sus propios términos, muere como “hereje obstinado” según la Iglesia Católica y para los espíritus libres, como muchos, como mártir de la filosofía.

¿ Pero cómo este hombre llegó a una convicción cabal como para soportar un encarcelamiento, un juicio y torturas por caso ocho años, sin desdecirse en sus afirmaciones en cuanto a la infinidad de universos lejanos, con soles como el nuestro ?. ¿ Qué nos enseña su proceso , sobre el mecanismo de su condena, las razones se su resistencia ?. No experimentaba con la ciencia, como Galileo, no era un excelente matemático como Kepler, o un minucioso observador como Tycho Brache.

En primer lugar fue un juicio extremadamente largo. Más de siete años transcurren entre el 23 de Mayo de 1592, cuando el filósofo es detenido y encarcelado en Venecia, y el 17 de Febrero de 1600, cuando se le quema en Roma. Durante ese tiempo, no ha dejado un  día de estar en prisión. La Inquisición no hace de prisa ni corriendo riesgos. Bruno no es detenido, torturado ni enjuiciado y lanzado a la hoguera en seguida. Por el contrario, la máquina de la Iglesia Católica  es pesada y lenta. No deja de modificar los cargos de acusación, de producir nuevos testigos, de solicitar nuevos elementos.

Es preciso escuchar al acusado, resolver, recomenzar, perder el hilo, retomarlo, pedirle que responda a acusaciones diferentes, recapitular desde el comienzo, reexaminar las respuestas anteriores, transformas en nuevos cargos. Aquello toma tanto tiempo, que realmente Kafka , no inventó nada. Para entender todo el contexto, es preciso regresar a un punto en particular. El filósofo volvió a Italia, sabiendo que había sido excomulgado ya, tras veces !, El Hombre había escapado a un buen número de emboscadas y atentados. En la biografía de Giordano Bruno, el filósofo Giovanni Aquilecchia, afirma que este regreso es debido a un sentimiento de nostalgia, hipótesis bien vaga .Fuere como fuere, Bruno volvió a Italia a fines del verano de 1591. Donde fue denunciado a la Inquisición. Su primer proceso duró tan sólo unos días, en Venecia. El asunto parecía tomar un giro favorable. La línea de defensa de Giordano estaba constituida inteligentemente. Afirmaba en efecto no ser más que un filósofo, y de ningún modo un teólogo.

Al haber obrado bajo la única convicción de la Luz Natural, estaba preparado para arrepentirse de los errores a cuales hubiera sido llevados. Sin embargo, Roma toma parte. El tribunal veneciano se declara incompetente y termina enviado al hereje y los expedientes al Santo Oficio. Bruno llegó a la prisión  de la basílica de San Pedro, el 27 de febrero. Fecha cuando se activa la maquinaria infernal de la Iglesia.

El libro “El proceso de Giordano Bruno “, del historiador Luigi FIrpo, permite ver cómo funcionaba. En efecto, reunió y analizó los documentos existentes. El juicio fue un infierno, los interrogatorios, el ritmo imprevisible, los olvidos , las horas muertas, conclusiones contradictorias de testigos y acusaciones. Infernales también, la diversidad de las tácticas, el intenso desgate y la proliferación de resultados falsos.  Sin embargo la defensa de Bruno, en el fondo no cambia, estaba listo para arrepentirse, si se le recocía que su gestión filosófica era legítima. Pero a medida que la Inquisición tardaba, andaba con rodeos, afinaba sus reproches, multiplicaba sus censuras. Giordano Bruno fue perdiendo el horizonte, ya no sabía que contestar. Parece bien que hubiera creído en la sinceridad de sus jueces y hubiera esperado por largo tiempo un resultado razonable. No se entendería, si no, esta frase que dice Schopp, testigo ocular, después de la lectura de la sentencia: “ Usted que expresa en mi contra esta sentencia, tiene quizás más temor que yo quien la sufre”.

 Como vemos, la Iglesia católica, y más bien las instituciones religiosas, políticas o ideológicas, pueden legítimamente perseguir, condenar y sancionar a los escritores, poetas y filósofos, pensadores del civilización. Se reconoce en el caso de Giordano Bruno los dogmas del derecho de torturar conciencias, de doblegar voluntades, de forzar confesiones aquellos que no tiene nada que confesar.  O bien se sostiene como una evidencia universal de la razón que todo ser vivo posee un derecho a existir libremente y a expresarse libremente, y que toda ausencia de este derecho ofende la dignidad de los seres pensante de este planeta.

Creo que se debe un reconocimiento mayor a este genial hombre. Aparte del modesto monumento en la Pza. de las Flores en Roma, un cráter del lado oscuro de la Luna lleva su nombre. Sería mejor que una galaxia sea bautizada con su nombre , sería lo mínimo.

 

Postscrimtum: De ahí mi humilde homenaje de la galaxia que descubrió el telescopio Hubble.

Apología de Sócrates

Apología de Sócrates

Sócrates castigado fue, por la sociedad. Es sorprendente ver que personas como Sócrates sean castigadas de tal manera, porque son Hombres, individuos, personas humanas, seres vivos, que no permiten que el sistema los domine o someta. Fue envenenado.

            Tumbado estaba en el jónico catre, mientras que el hombre que tenía que preparar y darle el acónito brebaje, lo hacia lentamente. La tarde también moría, era la hora convenida. El corrupto tribunal, había decidido la maldita hora. Empero, el hombre demoraba la hora. Entonces, Sócrates le preguntó:

- Pasa el tiempo hombre. Mueren los colores del crepúsculo que veo. ¿Por qué demoráis mi hora ?.

- Lo hacia para que vivierais un poco más maestro.

            A lo que Sócrates respondió:

-Hombre, sólo sé que llegó mi hora, traedme la pócima bendita.

            El hombre, mientras le extendía el cáliz, le preguntó:

- ¿Porqué estáis alegre maestro?.

            Sócrates, levantó la vista mientras tomaba el brebaje y le dijo;

-Hombre, ¿ Acaso no te das cuenta ?. Es eso lo que yo soy. Soy aquí y ahora, conocer morir quiero. La vida ya la he sabido, es hermosa clara y bella, con todas sus incomodidades, angustias y ansiedades. He visto la fuerza de un amanecer, millones de veces, en cada uno de ellos, todavía me asombro. Pero a pesar de todo, ha sido placentero, he visto todos los colores del espectro, he vivido, he llorado, he amado, he reído, he caído, me he levantado, he subido montañas, he leído después de almuerzo, he bajado hasta el infierno, he hecho todo lo que he querido, he dicho todo lo que he querido. Ahora hombre, quiero dejadme saber a que sabe la muerte. Sólo existen dos posibilidades; que mi alma siga viviendo en otras formas, eso, me llena de una inmensa curiosidad. Me sorprende enormemente eso, de poder viajar con el alma sin el hedor del cuerpo. El cuerpo es una oscura y horrible celda, con muchas imperfecciones y limitaciones. O quizás, empero, en eso tengan razón los materialistas, cuando uno muere, todo muere y todo termina ahí. Eso, me emociona mucho también, el NO SER. Sé lo que significa el SER y ha llegado el momento de saber lo que significa el NO SER. Y cuando ya no soy, ¿ Qué problema hay?, ya leí a Mishima !. Porqué tendría que preocuparme, de modo hombre, ¿ Para qué detener el tiempo aquí y ahora?.

            Así es que, por orden del corrupto tribunal, el Hombre que se amaba a sí mismo, escogió incluso la hora de su muerte. Fue tan sólo el prejuicio del vulgo, el prejuicio  de los mediocres e ignorantes, que no pudieron ver ni siquiera una microscópica yesca en la inmensa luz de Sócrates. Empero, eran la mayoría, y decidieron darle muerte. Sócrates dijo:

-Estoy dispuesto a beber el veneno, aquí y ahora. Cuando yo esté preparado. Porque si yo vivo, no puedo dejar de decir la verdad, si yo vivo seguiré gritando hasta mi último suspiro. No me iré de esta ágora, sólo para salvarme. Me sentiría como un vil y cobarde, que se asustó de la muerte. Nadie decide por mí. Tomo mis propias decisiones. Esto es digno de un Hombre. Se tu mismo siempre, nada más que tú mismo, simplemente Tú. Advierto sí, que es cosa peligrosa y dañina. El vulgo suele no perdonarlo. Digno, gallardo y valiente quien se arriesga a caminar por el filo del sable, donde cada paso es un peligro. Creo, que eso, es la vida misma. Peligrosamente vives, más vives. Y yo sé que es posible vivir en un instante toda la vida, todo el universo. No quiero que seas un Hombre de negocios, quiero que seas un jugador, que te la juegues toda. Entonces, en efecto, el cosmos te bendecirá, aunque en un mendigo te convirtieras, tu SER será majestuoso y excelso, más que la de un rey.

" Nada hay en este mundo, que conozca menos, que a mi mismo."

  Buda.

 

Georg W.F. Hegel

Georg W.F. Hegel

Hace días  atrás se celebró un Coloquio Internacional que festejaba, conmemoraba el bicentenario del voluminoso libro “Fenomenología del Espíritu” del llamado “primer filósofo alemán”. Tuvimos la suerte de ir con la Natalia y calarnos tres días de una pantanosa ciénaga de dialéctica Hegeliana verdaderamente abrumante. Hegel fue el filósofo prusiano de mayor envergadura de la primera mitad del siglo XIX. Pensador sistemático, denso, místico, elevado, metafísico e “idealista”, el más grande filósofo “abstracto“, junto con Leibinz (descubridor de los números binarios), llamados los “optimistas”, decían;“Todos lo real, es Racional”;y que es lo mismo;  “Die Reine abstraktion der Realitat.”. Cuando a Hegel  se le otorga la cátedra de Wissenschaff, de  Filosofía en la   Universidad de Berlín, sus aulas  rebosaban de estudiantes pero también asistía  público en general, desde artesanos hasta magistrados, para escuchar los monólogos, en los que explicaba que “todo es absoluto”, y peor aún, si ese “todo” es falso, incomprensible, es la evidencia misma de lo escarpado que es la pendiente que conduce al conocimiento.

            Cuenta la leyenda, que en el instante que ponía punto final a su emblemática obra “Fenomenología del Espíritu”, en 1806, en Jena. Napoleón entraba en la cuidad. Esa misma noche Hegel tuvo que salir huyendo de su casa con sus manuscritos en la mano (me recuerda a Walter Benjamín, cuando tuvo que salir huyendo del régimen nazi con sus manuscritos en la mano), pues los soldados como era la costumbre antes de una batalla, saqueaban las casas como botín de guerra. Para comprender a Hegel, se debe tener en cuenta su ámbito histórico, la revolución francesa, que cambió todo los sistemas establecidos y el fuerte  y disciplinado estado  prusiano que aseguraba férreamente la libertad del hombre, con eso de base Hegel fue el filósofo de la Historia Humana, quien pretendía “sistematización” conceptualmente de todo lo concerniente al saber humano, o, dicho de otra manera, la explicación racional del devenir de la Bewnsstsein, la conciencia, hasta que ésta aprehende lo más alto, el Geiste Begriff, “el espíritu absoluto”.    Como no existe el übermensch y como buen alemán, Hegel era un asudio bebedor de cerveza:             Recuerda, el más infatigable detractor de Hegel,  Schopenhauer, quien lo llamo “soplagaitas” y que sus escritos eran delirios de borracho, en una ocasión lo tuvo que echar de su casa después de una parranda filosófica de tres días, Hegel quería seguir bebiendo.            

         Hegel dejó una gran herencia filosófica, la escuela Hegeliana, de la cual, al igual que un gran árbol sólo han salido dos ramas, una para izquierda entre los cuales se encuentra el burgués Karl Marx y ramas para la derecha, como el convencido antihegeliano, el grande de Kierkegaard.           

               La Fenomenología del espíritu, es un libro insigne, es decir, un libro cuya materia puede ser para todos (I Corintios 9:22), es un libro que es su conjunto, pues consta de diez capítulos (libros), describe el proceso de la transformación de la Gewissheit, certeza, en Wahrheit, verdad, es una antropología viscosamente  filosófica. Es un vivo pensamiento, es un monumento a la filosofía moderna, su palabra está en el aquí y en el hora. Es más que una teoría del conocimiento, es el hombre integral al que estudia y describe la filosofía.                                    

               Al filosofar en las orillas de la existencia después de la reflexión cuando llega el crepúsculo ¿ Se encienden las luces del saber ?   J.L Borges